Limpiar, higienizar y desinfectar son tres procesos relacionados pero diferentes que se utilizan para mantener un entorno limpio y seguro.
A continuación resumimos el objetivo y métodos de cada uno de ellos:
Limpiar
Objetivo: La limpieza es el proceso de eliminar la suciedad, el polvo, las manchas y los residuos visibles de una superficie. El objetivo principal de la limpieza es eliminar la suciedad y mejorar la apariencia de una superficie o espacio.
Métodos: Se utiliza agua, detergente, jabón u otros productos de limpieza para eliminar la suciedad y los contaminantes visibles.
Efecto en los gérmenes y patógenos: La limpieza no necesariamente mata o elimina los gérmenes y patógenos. En su lugar, elimina los posibles lugares de refugio y nutrientes que podrían permitir que los gérmenes se reproduzcan.
Higienizar
El término “higienizar” se utiliza comúnmente como sinónimo de “limpiar y desinfectar” o “asear y desinfectar”. En este contexto se refiere al proceso de llevar a cabo tanto la limpieza como la desinfección de una superficie o una área con el objetivo de eliminar la suciedad visible y reducir la carga microbiana, lo que incluye la eliminación o inactivación de gérmenes y patógenos.
Objetivo: La higienización se refiere a la reducción significativa de gérmenes y patógenos en una superficie o área. El objetivo es crear un ambiente más saludable y seguro al reducir la carga microbiana. Este proceso, aunque disminuye la cantidad de gérmenes, no los elimina totalmente.
Métodos: Se utilizan productos químicos o métodos que reducen o inhiben el crecimiento de gérmenes, como el uso de jabones o sanitizantes.
Efecto en los gérmenes y patógenos: la higienización reduce la cantidad de gérmenes y patógenos presentes en una superficie, lo que disminuye el riesgo de propagación de enfermedades.
Así pues, “higienizar” implica realizar una acción más completa que simplemente limpiar. Debemos asegurarnos que la superficie no solo esté libre de suciedad y contaminantes visibles sino, también, higienizada para reducir el riesgo de propagación de enfermedades y mantener un ambiente más saludable y seguro. Este término se utiliza a menudo en el contexto de la limpieza y desinfección de áreas de uso común, como cocinas, baños, hospitales, restaurantes y otros entornos donde la higiene es fundamental.
Desinfectar
Objetivo: La desinfección es el proceso más riguroso y completo de eliminar gérmenes y patógenos de una superficie o área. El objetivo principal es matar o inactivar una amplia gama de microorganismos para prevenir la transmisión de enfermedades. La desinfección es un proceso que implica la eliminación o inactivación de microorganismos, como bacterias, virus y hongos, en superficies, objetos o áreas, con el objetivo de reducir el riesgo de infección o propagación de enfermedades. Este proceso se lleva a cabo utilizando productos químicos desinfectantes o métodos físicos que son eficaces para matar o inactivar los microorganismos patógenos presentes.
Métodos: Para desinfectar se utilizan productos químicos desinfectantes como el alcohol, el hipoclorito de sodio (cloro), el peróxido de hidrógeno, entre otros. Estos productos químicos actúan de diferentes maneras para matar o inactivar microorganismos.
También existen métodos físicos de desinfección, como la radiación ultravioleta germicida (UV-C) y el calor, que pueden utilizarse para desinfectar superficies y aire.
Efecto en los gérmenes y patógenos: La desinfección mata o inactiva gérmenes y patógenos presentes, reduciendo el riesgo de infección.
Áreas de aplicación: La desinfección se realiza en una variedad de entornos, incluyendo hospitales, clínicas, laboratorios, instalaciones de alimentos, espacios públicos, transporte público y hogares, entre otros. Se aplica en superficies de alto contacto, como manijas de puertas, interruptores de luz, mesas, teléfonos y en áreas donde se pueden encontrar gérmenes y patógenos.
Frecuencia: La frecuencia de desinfección depende del entorno y del nivel de riesgo. En lugares como hospitales, la desinfección es constante para prevenir la propagación de infecciones. En hogares y entornos públicos la desinfección puede realizarse de manera regular o después de la exposición a personas enfermas.
Es importante seguir las instrucciones del producto desinfectante y tomar medidas de seguridad adecuadas al realizar la desinfección para garantizar su eficacia y evitar riesgos para la salud. La desinfección es una práctica fundamental en la prevención de enfermedades, especialmente en situaciones en las que la higiene y la seguridad son críticas.
Por tanto, debemos recordar que higienizar y desinfectar van de la mano y no son excluyentes. Para un correcto mantenimiento y control de bacterias / microorganismos es necesario desinfectar y acompañarlo de tareas de higienización asiduamente.